«La tecnología transforma el mundo de los seres humanos».
Con está conclusión el autor del texto Ética de la computación: principios de funcionalidad y diseño, Roberto Feltrero, nos incita a reflexionar sobre la ética de la computación. A lo largo de texto nos va introduciendo en la temática planteándonos las distintas opciones que puede tener el tema a tratar y acotándolo hasta dar con la raíz del problema: la funcionalidad abierta y el diseño transparente.
El problema de la funcionalidad abierta y el diseño transparente, se nos plantea cuando observamos que es la causa de otros tantos problemas planteados por lo denominado Computers Ethics, como son los problemas ocasionados por Propiedad intelectual, la privacidad, el acceso universal o los crímenes cibernéticos.
Gracias a la funcionalidad abierta podemos establecer un papel mediador en la tecnología en la que cualquiera pueda intervenir para adaptarla a sus necesidades o bien corregir posibles carencias. La otra opción, mas extendida, sería la de las funcionalidades cerradas y diseños opacos. Esta segunda opción sería mucho más coercitiva, ya que solo el productor del software sería el que podría buscar posibles soluciones a todo tipo de problemas, convirtiéndose en garante de la moralidad ya que son las empresas creadoras del software las permiten o prohiben cierto tipo de acciones.
Con el diseño transparente esto quedaría anulado, ya que el usuario sería el que decidiría que funcionalidad es aceptada y cual no, o bien decide que necesidades tiene y puede adaptar el sistema a dichas necesidades.
En la actualidad los sistemas transparentes y de diseño abierto existen y están al alcance de todos. El principal problema es su implementación, de forma muy irregular, dependiendo del tipo de hardware. Así nos encontramos como por ejemplo los sistemas operativos basados en GNU Linux son poco usados en ordenadores personales (en los que apenas representar un 1% de las instalaciones frente al 90% de windows y 9% de Mac OsX); mientras que en dispositivos móviles (y tabletas) puede llegar a alcanzar una cuota de instalación del 80% con el sistema operativo Android (basado en GNU Linux). De está forma, podemos ver, que el problema del uso de sistemas abiertos no es tanto su inexistencia, sino un problema educativo, en el que se nos acostumbra y enseña a usar sistemas cerrados; y en el que la sociedad de consumo y la economía de mercado, nos incita a consumir este tipo de productos, comercializados de forma más atractiva para su fácil consumo, como el ejemplo expuesto en el texto de los sistemas operativos para las computadoras Apple.
Tenemos acceso a todo tipo de software en sistema abierto, no solo los sistemas operativos, hay herramientas ofimáticas como OpenOffice, herramientas de diseño como InkScape o Gimp o herramientas de navegación y de seguridad como todas las llevadas a cabo por Mozilla.
De esta manera podemos llegar a la conclusión de que el éxito del uso de sistemas abiertos o cerrados en distintos tipos de hardware no está tanto en su dificultad de uso, excusa que se suele dar con frecuencia para su baja incidencia en computadoras personales, si no en su preinstalación, así como la del software adicional. A la hora de adquirir dicho dispositivo; en móviles lo usual es que vengan instalados sistemas operativos basados en Linux y esos usamos, mientras que en ordenadores personales, el uso frecuente es de windows, ya que es el sistema operativos que viene instalado por defecto. Esto produce en el usuario unas rutinas y costumbres que son difíciles de romper.